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Terapia acuática tras ligamentoplastia

El ligamento cruzado anterior (LCA) es un ligamento fuerte que pasa diagonalmente por el centro de la rodilla. Ayuda a dar estabilidad a la rodilla durante el movimiento, especialmente durante los giros.

El LCA es uno de los ligamentos que se lesionan con mayor frecuencia. Esta lesión se produce frecuentemente cuando:

Las probabilidades de lesionarse este ligamento aumentan si se practican deportes de contacto como el baloncesto o el fútbol, o deportes que conlleven constantes giros como el esquí o el snowboard.

Terapia acuática tras rotura ligamentos

Tras la rotura, una de las opciones más usadas es la reconstrucción del LCA o ligamentoplastia mediante cirugía. Consiste en reconstruir el ligamento dañado mediante un injerto, ya sea propio o de un donante.

La terapia acuática es una de las mejores intervenciones tras la ligamentoplastia, ya que permite poner en funcionamiento la región de una forma temprana, favoreciendo así su recuperación. Los beneficios más destacables del tratamiento en este medio son:

Podemos diferenciar tres fases del proceso de rehabilitación:

1. Fase temprana:

Es la fase inmediata a la intervención quirúrgica. Durante esta fase podemos encontrar dolor, inflamación, limitación del rango articular e inestabilidad. Antes de comenzar la terapia acuática deberemos esperar a que la cicatriz este totalmente curada para evitar riesgo de infección. Durante esta fase inicial evitaremos realizar ejercicios que impliquen impacto o rangos articulares amplios.

Algunos ejercicios que se pueden realizar durante esta fase son:

1.- Ejercicios de flexo-extensión en decúbito supino: se realiza sin elementos de flotación durante la primera fase, usando el agua como resistencia.

2.- Ejercicios de flexo-extensión en decúbito prono.

3.- Marcha  rápida dentro del medio acuático: la resistencia que genera el agua fomenta un aumento de la fuerza muscular. Se puede añadir durante la marcha diferentes acciones como llevar rodillas al pecho o talones atrás, siempre dentro de la tolerancia de dolor y rango del paciente.

4.- Zancadas sin salto: con este ejercicio se pretende aumentar el rango articular y elongar la musculatura acortada.

5.- Apoyo monopodal sin elementos de flotación: pasadas unas semanas, se puede realizar apoyo monopodal, con el objetivo de aumentar la propiocepción.

2. Fase intermedia:

Durante esta fase, la inflamación habrá disminuido, el rango articular estará en torno al 70% y el dolor se habría modulado,  lo que nos permitirá comenzar con ejercicios más exigentes dentro del agua.

Algunos de los ejercicios propuestos son:

1.- Calentamiento intenso dentro del medio: dentro de la tolerancia al esfuerzo del paciente, podemos trabajar marcha rápida (correr), pasos laterales, paso cruzado, zancadas laterales entre otros.

2.- Ejercicios de flexo-extensión contra resistencia en decúbito supino y prono: se pueden emplear diferentes elementos como aletas para generar resistencia, siempre dentro de la tolerancia del paciente.

3.- Sentadillas y salto con ambas piernas: según vayan pasando las semanas se puede añadir elementos que generen resistencia.

4.- Apoyo monopodal con elementos de flotación: pasada la fase inicial, se pueden emplear elementos de flotación, tablas por ejemplo, para aumentar la propiocepción generando algo de inestabilidad.

5.- Introducción a la natación: se puede comenzar con series cortas con diferentes estilos, con el objetivo de aumentar la fuerza muscular y la amplitud articular.

3. Fase final:

Durante la fase final de tratamiento, el ROM será casi completo y la fuerza muscular habrá aumentado casi a niveles pre-lesión, lo que nos permitirá aumentar en gran medida la exigencia de los ejercicios.

1.- Podemos repetir el calentamiento propuesto en la fase anterior aumentando la intensidad y los tiempos por ejercicio.

2.- Saltos desde fuera del agua: En esta fase podemos pedir al paciente que salte a la piscina, quitando la facilidad para saltar que proporciona el agua, aumentamos la dificultad del ejercicio.

3.- Entrenamiento de la práctica deportiva: si el/la paciente realiza algún deporte, podemos diseñar algún ejercicio que simule dicha práctica deportiva, por ejemplo: lanzamientos a canasta con elementos de flotación que generen cierta inestabilidad, saltos para golpear una pelota con la cabeza etc.

4.- Natación con elementos de flotación: en este ejercicio usamos los elementos de flotación para aumentar la exigencia durante el nado.

En Téxum, somos profesionales especializados en Terapia Acuática, tras la intervención o lesión sufrida, podremos valorar tu caso concreto y adaptar el mejor programa de rehabilitación para favorecer una pronta y óptima recuperación de tu funcionalidad.

AUTOR

Eva Fernández

Fecha de publicación

22 noviembre, 2022

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