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¿Qué es la Miastenia Gravis?

La miastenia gravis es una enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica, que cursa a brotes. Está catalogada como enfermedad rara. No afecta a la esperanza de vida del enfermo; tampoco produce dolor muscular ni articular. Su mayor característica es la debilidad y fatiga de los músculos esqueléticos. Se produce por un bloqueo y, en consecuencia, una destrucción de los receptores de la acetil-colina (sustancia encargada de transmitir la información necesaria para que el músculo se contraiga) en la unión neuromuscular (conjunto formado por la terminación nerviosa que transmite el impulso creado por el cerebro al músculo). Dicho bloqueo o destrucción impide la contracción de la musculatura voluntaria y se debe a un auto-anticuerpo que de forma anómala produce el propio organismo.

Miastenia Gravis

En España la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado un 38% en los últimos años ya que el diagnóstico cada vez es más temprano y el envejecimiento de la población es mayor.
Actualmente, en nuestro país el número afectados supera los 9000. Pueden padecerla tanto hombres como mujeres a cualquier edad pero se sabe que durante la juventud el sexo femenino es el más afectado mientras que a partir de los 50años, la incidencia en hombres y mujeres se equipara.

mio1Los síntomas característicos de la miastenia gravis son debilidad fluctuante y fatiga de la musculatura voluntaria que empeoran tras el ejercicio físico y mejoran, total o parcialmente, tras el descanso. Con frecuencia, los primeros músculos afectados son los que mueven el globo ocular y los que mantienen los párpados abiertos (músculos que utilizamos continuamente) produciendo visión doble o caída de los párpados. A su vez, otros músculos que pueden verse afectados son los encargados de la masticación, la deglución, la expresión facial, el habla o bien regiones más amplias como son el cuello, los brazos y las piernas.

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En la miastenia gravis, la debilidad de las extremidades es fluctuante y no siempre simétrica afectando en mayor medida a los músculos proximales de la cintura escapular y la pélvica (no los músculos distales de las manos o los pies).
Cuando existe dificultad para toser y respirar por afectación de los músculos de la respiración, se considera que la enfermedad ha alcanzado su máxima gravedad: es la denominada “crisis miasténica”.
Ya que esta enfermedad cursa a brotes, el máximo grado de afectación se establece pasados los dos primeros años.

El diagnóstico temprano por parte del equipo médico no es fácil. Al paciente le resulta difícil describir con exactitud qué es lo que le ocurre. Normalmente los pacientes se encuentran desconcertados, tienen que acudir varias veces al médico y cuando finalmente les confirman el diagnóstico, algunas personas se encuentran ya en su límite físico y emocional.

El equipo médico debe valorar la fuerza muscular basal así como la fuerza tras un esfuerzo/actividad física para evocar una hipótesis. El diagnóstico se completará con un análisis de sangre que valore la presencia de auto-anticuerpos (principalmente anticuerpos antireceptores de acetilcolina), una electromiografía y un escáner torácico para descartar anomalías en el timo (glándula encargada de generar anticuerpos).

A día de hoy el origen de la enfermedad se desconoce. Los primero síntomas pueden manifestarse tras diversas situaciones: estrés emocional, infección, intervención quirúrgica, embarazo, parto, vacunaciones, ingesta de sustancias que bloquean la conducción neuromuscular (como bebidas quinadas y setas)…Recientemente, un equipo de investigadores ha descubierto un anticuerpo causante de la enfermedad que permite explicar los síntomas clásicos de los pacientes (caída de los párpados y debilidad muscular generalizada): se trata de un anticuerpo de una proteína fundamental que ayuda a la transmisión del impulso nervioso desde el cerebro hasta los músculos. Aún así, queda mucho por investigar para aclarar al 100% las causas de esta enfermedad.

Respecto al tratamiento farmacológico, hay muchos medicamentos que mejoran los síntomas de la enfermedad (anticolinesterásicos o inmunosupresores) pero aún no hay un consenso sobre cuál de ellos es el de elección.

FISIOTERARIA NEUROLÓGICA Y MIASTENIA GRAVIS

Debido a la naturaleza progresiva de la enfermedad, el objetivo que la Fisioterapia Neurológica persigue no es curar la enfermedad sino prevenir sus complicaciones, facilitar la autonomía personal en las tareas cotidianas y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

Desde Téxum, ofrecemos un tratamiento personalizado, adaptado a las características del paciente y a sus necesidades para mejorar la fuerza y la resistencia física con el fin de que el paciente pueda realizar las tareas diarias con mayor facilidad.

Durante la terapia, es muy importante descansar y dosificar bien la cantidad de ejercicio. De este modo, lo que se pretende es reducir la intensidad y la frecuencia de los ataques de fatiga muscular que produce la miastenia gravis.

La terapia irá encaminada a aumentar el tono muscular en aquellos grupos musculares afectados para mejorar y normalizar diversas actividades (realizar las transferencias con mayor facilidad, estar más tiempo de pie sin que aparezca la fatiga muscular, vestirse de forma autónoma…), mejorar el control postural y a su vez los movimientos selectivos para que éstos sean coordinados, económicos, adaptados y dirigidos a una función.

El objetivo final que perseguimos es proporcionar al paciente las capacidades necesarias para que éste pueda integrase de nuevo en la sociedad de la forma más independiente y autónoma posible.

Esperamos que esta lectura te haya resultado interesante y te haya permitido conocer mejor esta enfermedad. Desde Téxum esperamos poder ayudar con nuestro trabajo a aquellas personas que lo necesiten.

Bibliografía:

AUTOR

Téxum Fisioterapia

Fecha de publicación

19 febrero, 2014

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