¡Feliz cumpleaños Javier!
Ayer tuvimos la suerte de compartir una comida muy agradable y especial con uno de nuestros pacientes, Javier y su familia.
Hace tres años, sufrió un ictus, algo imprevisible en una vida pletórica llena de amigos, familiares, vivencias, viajes realizados, planes por concebir, tres hijos que le adoran y una mujer enamorada.
Aún recuerdo el día que su esposa, Paloma, me llamó buscando ayuda, alguien que pudiera hacer algo por Javier, alguien que le diera una esperanza de que de ésto se puede superar de alguna manera, se mejora y se puede tener una calidad de vida muy pero que muy respetable. Ese día llamó apurada, angustiada, pero con más ímpetu que nunca, y así me lo trasmitió, sin conocerla de nada, creo que tenía la suficiente fuerza para tirar de toda la familia, y de conseguir lo mejor para su marido.
Tal vez sea la misma historia de muchos otros de nuestros pacientes, pero ayer fue especialmente emotiva porque Javier sopló la vela de su tercer cumpleaños, el tercer año de esta nueva vida suya, que es diferente a la que tenía antes, pero cada día que le vemos nos da una lección de vida, nos enseña que si se quiere, se puede, que no hay que rendirse nunca, que hay que adaptarse a los acontecimientos y adversidades que se nos presentan a lo largo del camino.
Él ha puesto muchísimo de su parte, y ha trabajado mucho, pero quiero mencionar con mayúsculas a Paloma, su mujer, que está a su lado pase lo que pase y que es la que impulsa a Javier a superarse cada día un poquito más, y la que le incita a hacer cosas que tal vez de otra manera Javier no haría, y le hace ir a la playa, a la montaña, a cenas con amigos, al cine, al teatro, A LA VIDA.
En esta comida, Paloma dijo una frase que nos conmovió y que fue y es muy acertada, ella dijo que cuando ocurrió lo del ictus de Javier, se planteaba en muchas ocasiones si se puede vivir sin salud, sin dinero o sin amor, y ella reconoce que en esta situación lo tuvo realmente claro, se puede vivir sin salud, o sin dinero, pero no se puede vivir sin AMOR, el amor es el motor que hace que esta familia siga hacia delante con una sonrisa, que cada día se planteén que la lucha merece la pena, que el trabajo constante es el que le da a Javier una esperanza de vida mejor.
Y con todo esto no queremos decir que en toda esta historia no ha habido lágrimas. Lágrimas inevitables, inconsolables algunas veces, pero que por fin, ayer en esa comida tan emotiva salieron lágrimas de emoción porque Javier está con nosotros, y nos sigue ilustrando en mil cosas que conoce, que ha estudiado, que ha vivido, y que nos enriquece muchísimo a los que nos permite estar a su lado, aaaaaahhhhh, sin olvidarnos de sus chistes (por cierto, algunas veces muy malos ;-) jeje.
Gracias por formar parte de nuestras vidas, nos hubiera gustado conocerte en otras circunstancias, pero he de decirte, querido Javier, que posiblemente en nuestras vidas conozcamos a muchas otras personas con circunstancias diferentes, pero muchas de ellas no nos han llegado a aportar lo que tú has sido capaz de aportarnos en tan poco tiempo, y eso es mérito tuyo, y sin duda, de la ayuda incuestionable de Paloma y tus hijos que se nota que te quieren con el corazón, y aprovechando que va a ser el día de los enamorados, señores, ESTO SI QUE ES AMOR, como se miran, como se entienden, como se respetan, como se escuchan, como se quieren, es digno de ver, después de tantos años, tres hijos en común y el amor sigue siendo el motor que les mueve y les conmueve, lo que les ha hecho fuertes, lo que ha resistido a las adversidades, lo que les que les empuja, les estimula y les incita A VIVIR.
Y quiero acabar con una frase que te hemos escrito hoy de Paulo Coelho que dice:
“ Volví a sentir unas inmensas ganas de vivir cuando descrubrí que el sentido de mi vida era el que yo le quisiera dar”
Sigue dándole sentido a tu vida, porque merece la pena, TÚ, mereces la pena, y mucho…MUCHAS GRACIAS!!
FELICIDADES JAVIER!!!!!!
