¡Vamos Elena!
Siempre pensé que este blog iba a comenzar con algo alegre y dicharachero, que iba a explicar mis experiencias desde este otro lado del mostrador en lo referente y tocante a la fisioterapia, a esas anécdotas que me ocurren y ocasiones ocurrentes…, pero hoy no es el día de estar alegre y dicharachera, este primer blog quiero dedicárselo a una luchadora, una de nuestras pacientes, se lo dedico a Elena Conde.
En esta clínica todo es muy familiar, y nos duelen los dolores de nuestros pacientes, los físicos, y los del alma, y el lunes nos levantamos con la noticia de que Elena se había puesto muy malita el sábado por la noche, ella ya venía de luchar con uñas y dientes contra una enfermedad que soy incapaz de pronunciar, varias operaciones, mil días hospitalizada, mucho amor propio y mucho trabajo la salvaron, y actualmente estaba como una rosa, divertida, jovial, graciosa, con sus limitaciones, pero consciente de que poco a poco iba a poder ir superándolas, siempre con una sonrisa en la boca, con su palo de apoyo y el apoyo de su marido y sus padres, siempre le cuesta subir el escaloncito de la esquina antes de entrar en la clínica, pero lo intentaba, me acuerdo ese día que vino con unas gafas que casi le ocupaban toda la cara y quisimos que nos firmara un autógrafo porque parecía la Pantoja, nos estuvimos riendo un buen rato, era mi cómplice para quitar el aire acondicionado, ella siempre tiene frío, y antes de entrar en la sala le recordaba que dijera a Samuel, o a Lucía que lo apagaran como si fuera cosa de ella, y ella siempre me dice “cuenta conmigo, ya verás como te lo apagan”, ya estaba planeando las vacaciones, tiene unas ganas de vivir que ni os imagináis…., pero el sábado, después de un día estupendo con su marido, algo no funcionó dentro de ella, y su cuerpo no fue sutil a la hora de decirle lo que ocurría, la vida de nuevo le dio un zarpazo, de esos que duelen tanto a ella, como a todos los que le rodean, y ahora está de nuevo hospitalizada, con un futuro incierto, aunque si pudiera decírnoslo ella, con muchas ganas de recuperarse de nuevo y ponerse otra vez las gafas enormes de La Pantoja y volvernos a reír, que es lo que le gusta a ella.
Llevo dos noches que al intentar dormirme, no puedo parar de pensar en ella, en que mientras que yo intento dormir plácidamente, ella está sumida en un sueño en el que solo espero que viva soñando cosas preciosas, y se vea caminando por la montaña, y disfrutando del sol y el buen tiempo, del abrazo de su marido y de sus padres, de su hermano, de la gente que la queremos….
Es injusta la vida, el destino…., Elena tiene tantas ganas de vivir, y la vida tantas ganas de ponerla trabas…., ella es fuerte, ella en si es vida, y deberíamos aprender muchos de nosotros que nos quejamos por tantas cosas absurdas que lo más importante de todo en esta vida, es simple y sencillamente poder vivirla, y por ello está luchando hoy Elena en una UVI de hospital, donde y aunque no podamos verla, ella sabe, en su sueño forzado, que estamos con ella, apoyándola desde donde estemos, dando aliento y fuerza a su familia incondicional por y para ella en cada momento de su vida.
Elena, desde esta pequeña clínica, desde este pedacito de relato, queremos que sepas que estamos contigo, que tu lucha, es nuestra lucha, sabemos que este combate va a ser duro, y que tu no vas a tirar la toalla sin enfrentarte a todo lo que se te ponga por delante, porque Elena, eres un ejemplo para los que cada noche intentamos dormir plácidamente y recordamos que gente tan válida como tu, se enfrenta a ese sueño permanente del que como Bella Durmiente, sueñas con volver a despertar.
