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Espasticidad: Evolución y tratamiento.

Muchos de nuestros pacientes escuchan a menudo hablar de ello: “Lo que les pasa a tus músculos es que están espásticos” o “caminas así por la espasticidad.” Pero ¿Qué es realmente “espasticidad”? En este artículo veremos qué es, como evoluciona y qué opciones de tratamiento tenemos.

¿Qué es la espasticidad?

La espasticidad es un síntoma neurológico que se caracteriza por un aumento del tono muscular y la contracción involuntaria de los músculos, lo que puede dificultar el movimiento y la función motora. La espasticidad puede tener tanto aspectos neurales como no neurales asociados. De manera muy sintética puede decirse que:

Aspectos neurales de la espasticidad:

  • Son los que están originados de manera primaria por la disfunción sistema nervioso central. En este componente pueden influir numerosos factores. Como por ejemplo la alteración de algunas vías (tales como el sistema córtico-retículo-espinal) fenómenos plásticos que ocurren en la propia médula espinal (sistema de interneuronas en la propia médula espinal que se afecta de manera primaria o ante la alteración de la comunicación con centros encefálicos).
  • Aspectos no neurales de la espasticidad: hace referencia a cambios en los músculos y tejidos blandos: La espasticidad crónica puede provocar cambios en los músculos y tejidos blandos, como acortamiento muscular, contracturas y cambios en la estructura del tejido conectivo. Estos cambios pueden contribuir a la rigidez y a la dificultad en el movimiento. Entre ellos destaca por ejemplo la variación del número de miocitos (fibras musculares) así como la composición de estas (alteración de los tipos de fibras).

Todos estos factores pueden dar lugar al alteraciones funcionales del paciente que pueden alterar las actividades de la vida diaria, impidiendo o limitando la locomoción, las funciones del miembro superior o el propio equilibrio.

En casos extremos y si estos factores se mantienen en el tiempo pueden desarrollarse diferentes tipos de complicaciones. Tales como deformidades articulares, contracturas fijas, desviaciones articulares y subluxaciones. Estas alteraciones pueden afectar la postura y la funcionalidad de las articulaciones, limitando aún más la movilidad.

Es importante destacar que los aspectos neurales y no neurales de la espasticidad están interrelacionados y pueden influirse mutuamente. Además, el manejo y tratamiento de la espasticidad a menudo se abordan de manera integral, considerando tanto los aspectos neurales como no neurales para proporcionar una atención holística y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Respetando y teniendo en cuenta en cualquier caso la situación y necesidades de cada paciente

¿Cómo evoluciona la espasticidad?

La espasticidad suele evolucionar hacia un estado crónico, alterando las propiedades viscoelásticas de los tejidos blandos.

En relación a esta evolución se puede hablar de cuatro fases que van a determinar el tratamiento que se aplique:

  1. Fase de espasticidad: En esta fase se produce el aumento del tono muscular cuando se alarga de un modo pasivo y aparecen exaltados los reflejos musculares de estiramiento.
  2. Fase de actitud viciosa: Se produce un predominio de algunos grupos musculares respecto a otros, ocasionando un desequilibrio muscular. Con frecuencia predominan en miembros inferiores los flexores plantares y la musculatura responsable del varo de tobillo, así como la musculatura aductora y flexora de cadera y en miembros superiores la musculatura flexora de dedos, muñeca y codo, la musculatura pronadora del antebrazo, y los rotadores internos y aductores de hombro principalmente.
  3. Fase de retracción muscular: El mantenimiento de la actitud viciosa, puede llevar a largo plazo a una estructuración de la misma, de forma que aparece una resistencia en el músculo a la movilización cuando no se está contrayendo.
  4. Fase de deformidades osteoarticulares: El fracaso del tratamiento de la espasticidad en las fases anteriores puede conducir a deformidades en las articulaciones, acortamiento de la musculatura y rigidez.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

Si bien es cierto que en algunos casos la espasticidad puede resultar funcionalmente útil para el paciente, ya que gracias a esta puede realizar transferencias, mantenerse en bipedestación, andar… debemos evitar que surjan complicaciones por el excesivo uso de esa musculatura tales como dolor o deformidades.

En los casos en los que la espasticidad dificulta la realización de actividad muscular, produce posturas anormales y alteración del patrón de la marcha, impide o entorpece la realización de actividades de la vida diaria, se acompaña de dolor o favorece la aparición de deformidades óseas y articulares, además de otras complicaciones. Cuando esto ocurre, la espasticidad debe ser tratada.

Según las necesidades podrá utilizarse tratamientos de fisioterapia, de terapia ocupacional, los abordajes más recomendables son aquellos enfoques que permiten la reducción del tono en la musculatura afectas, tales como el Concepto Bobath, uso de agentes físicos tales como vibración, movilizaciones o hidroterapia, entre otros.

En base a ello y en combinación con el tratamiento farmacológico se emplean diferentes técnicas y métodos como las movilizaciones articulares y los estiramientos de la musculatura espástica, enfoques neuromotores como el Concepto Bobath, que constituye el tipo de intervención terapéutica más extendida en el mundo occidental, la Facilitación Neuromuscular Propioceptiva (FNP), métodos sensitivomotores como Perfetti, y el empleo de otros agentes físicos como las vibraciones tendinosas, la crioterapia, termoterapia y , aunque controvertida, la electroestimulación, que parece confirmarse que tiene una eficacia temporal de entre 2 y 24h. En la actualidad también es destacado el empleo de punción seca y vendaje neuromuscular.

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Bibliografía

  1. Tecglen García C. coordinador. Guía para las personas que conviven con la espasticidad. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia; 2014.
  2. Juan García FJ. coordinador. Evaluación Clínica y Tratamiento de la Espasticidad.1ªed. Madrid: Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física. Editorial Médica Panamericana; 2009.
  3. Vivancos-Matellano F. et al. Guía del tratamiento integral de la espasticidad. Rev Neurol.2007; 45 (6):365-375.
  4. García-Díez E. Fisioterapia de la espasticidad: Técnicas y métodos. Fisioterapia. 2004; 26(1):25-35.

Artículo editado y ampliado en mayo 2023

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