El Covid está dejando pacientes que tras haber pasado la COVID-19 han sufrido una pérdida de su capacidad funcional; ya sea porque han necesitado una larga hospitalización o porque aunque ya han pasado la fase aguda de la enfermedad, siguen padeciendo alguno de los síntomas más allá de las 4-12 semanas desde el contagio por el virus SARS-CoV2. Este último grupo de pacientes se engloba en lo que se considera Long Covid o Covid Persistente.
La sintomatología es muy diversa y variada, siendo la fatiga el síntoma descrito más común. Esta fatiga se presenta tanto a nivel muscular como respiratorio, y afecta directamente a la capacidad funcional del individuo. En otros casos, por nuestra amplia experiencia en el campo de la neurología, también estamos viendo pacientes con neuropatias, Guillem-Barré o ACV asociados al síndrome de la COVID-19.
Es imprescindible evaluar el caso de cada paciente desde esta perspectiva de pérdida de su capacidad funcional, por su relación directa con la participación del individuo en la sociedad, así como para poder identificar qué sistema está fallando, y poder diseñar un tratamiento personalizado en el ámbito de la rehabilitación funcional y pulmonar.
