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Síndrome del Empujador o Pusher

Síndrome del Empujador o Pusher: ¿En qué tipo de pacientes observamos este Síndrome?  ¿A qué es debido?  ¿Qué características tiene?

Un 10% de los pacientes que sufren accidentes cerebrovasculares por daño de la arteria cerebral media presentan el Síndrome del Empujador. En un principio se pensaba que sólo ocurría cuando se dañaba el hemisferio derecho pero también se observa en pacientes con lesión cerebral izquierda.

A día de hoy se sabe que si el hemisferio dañado es el derecho, el síndrome del empujador va asociado a una alteración cognitiva característica: la heminegligenica. En cambio, cuando se daña el hemisferio cerebral izquierdo frecuentemente se acompaña de afasia (de ahí que la mayor parte de los estudios de investigación se realicen con personas que tienen dañado el hemisferio derecho).

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En fase aguda, estos pacientes presentan hipotonía en el hemicuerpo izquierdo. Para restablecer su equilibrio y, con ello, la línea media sobre-utilizan su lado derecho (por ejemplo, cuando están sentados se sujetan con la mano derecha a la camilla). Cuando esta alteración en la percepción de la línea media perdura en el tiempo (mala interpretación de la verticalidad) se desarrolla el comportamiento empujador.

Pasada esta fase, la hipotonía muscular pasa a convertirse en espasticidad en el miembro inferior del hemicuerpo afecto generando un patrón de flexión, aducción, rotación interna y flexión plantar. Asociado a la espasticidad, los pacientes tienen abolidos los reflejos finos superficiales y exaltados los profundos. De ahí que en ellos se observe el signo de Babinski (respuesta patológica a la estimulación superficial de la planta del pie) y Clonus (patrón anormal de actividad neuromuscular caracterizado por una sucesión rápida e involuntaria de contracción-relajación muscular).

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4La causa de la heminegligencia es un daño en la corteza parietal posterior, donde se localiza la representación del esquema corporal. La consecuencia de dicho daño es una alteración del procesamiento sensorial y, de manera secundaria, un trastorno severo de la atención espacial. Es por esto que la persona afecta no se orienta en su lado afecto ni responde a estímulos que se le presenten por la izquierda, dirige sólo la mirada hacia la derecha.

¿Qué observamos en un paciente con heminegligencia?

5Si hablamos de una persona que ha sufrido un ictus en su hemisferio derecho:

¿Cómo se desarrolla el Síndrome del Empujador?

Como se ha mencionado antes, cuando la lesión se produce en el hemisferio derecho, si el componente empujador perdura en el tiempo junto con la heminegligencia tenemos lo que se conoce como el Síndrome del Empujador: pasada la fase aguda, la persona que ha sufrido esta lesión característica, ya no se agarra sino que se está empujando constantemente de manera voluntaria con su lado no parésico hacia el lado afecto para recuperar su verticalidad (se empujan con el lado derecho de su cuerpo hacia la izquierda). Empujan con la idea de reequilibrarse según su percepción alterada. En base a estudios realizados, los pacientes muestran una desviación media de 18º respecto a la verticalidad normalizada.

En ocasiones, al empujarse sobrepasan su línea media perdiendo el equilibrio llegando a incluso a caerse hacia el lado de la hemiparesia (hacia la izquierda). Este comportamiento se observa en posturas que impliquen estar en contra de la gravedad. Además, si intentamos llevar al paciente hacia la línea media normal sin previo tratamiento fisioterapéutico o sin unas pautas específicas, le estaríamos generando una gran sensación de desequilibrio por lo que no sólo se resistirá sino que empujará más para compensar y los síntomas del síndrome aumentarán.

Fisioterapia en el Síndrome del Empujador

Una persona con el Síndrome del Empujador presenta alteraciones motoras, sensoriales y cognitivas. Dichas alteraciones muestran su representación errónea de la verticalidad, su control postural está alterado. El objetivo del tratamiento es mejorar la percepción de su línea media, “reorientar” al paciente para mejorar así también la postura y el movimiento de las extremidades en el espacio.

Desde el ámbito de la fisioterapia podemos y debemos abordar la heminegligencia para disminuir el comportamiento empujador. Recordar que el problema primario de la heminegligencia es un mal procesamiento sensorial que genera el trastorno atencional. En otras palabras: es una alteración sensorio-motora, no un problema atencional. La persona tiene un déficit sensitivo que no le permite sentir ni orientarse bien en su lado izquierdo.

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Respecto a la terapia, es importante que no nos basemos sólo en estímulos táctiles porque la percepción de aferencias somatosensoriales está reducida. Debemos utilizar otras estrategias sin olvidar tampoco que la persona tiene una percepción espacial errónea de su cuerpo y, en ocasiones, miedo a caerse.

En Texum ofrecemos un tratamiento específico para cada persona según la severidad de los signos y síntomas que presente tras una valoración previa que nos permite establecer unos objetivos y, a partir de ahí, comenzar a trabajar.

Bibliografía

AUTOR

Téxum Fisioterapia

Fecha de publicación

18 julio, 2016

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