PIDE TU CITA POR WHASTAPP

911560944

Incontinencia Urinaria

En entradas anteriores explicamos las funciones del suelo pélvico (en este artículo hablamos del suelo pélvico) así como sus patologías (incontinencia urinaria, prolapsos, disfunciones sexuales, etc artículo sobre los prolapsos). En este artículo abordaremos una de las disfunciones del suelo pélvico más comunes: la incontinencia urinaria.

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina que supone un fuerte impacto social e higiénico y que modifica en gran medida la calidad de vida de la paciente (International Continence Society ICS).

Es un problema habitual. En España la prevalencia de esta disfunción en mujeres menores de 65 años se encuentra entre el 15 y el 40%, sin embargo, en mayores de 65 años esta cifra alcanza el 42%(1).

Así, la prevalencia media de incontinencia urinaria en España es del 40,6%, de las cuales un porcentaje muy pequeño acude al profesional adecuado para su tratamiento.

¿Qué tipos existen?

Dependiendo de los síntomas, la incontinencia urinaria puede clasificarse en: incontinencia urinaria al esfuerzo, incontinencia urinaria de urgencia y la incontinencia urinaria mixta. También existen otros como la incontinencia urinaria por rebosamiento o la continua, que no se abordarán en esta entrada.

1) Incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE)
Se define como la pérdida involuntaria de orina al realizar esfuerzos, como por ejemplo, al toser, estornudar, realizar un deporte de impacto, etc.
Para comprender este proceso es necesario explicar cómo se garantiza la continencia de la orina, qué elementos intervienen en ella y qué proceso tiene lugar.

La continencia miccional se garantiza cuando la presión del cierre uretral o de la uretra es mayor que la presión de la vejiga tanto en reposo como durante los esfuerzos o aumentos de presión intraabdominal. iue

En reposo, el tono de los músculos que forman la uretra es suficiente para garantizar ese cierre de la misma, sin embargo, cuando se produce una tos o un estornudo (cualquier aumento de la presión abdominal), debe ser ayudado por la musculatura del suelo pélvico, la cual cierra la uretra y garantiza la continencia.

Por tanto, un fallo en este proceso, por múltiples motivos, ya sea por un déficit en el sistema de soporte o de cierre uretral en sí mismo, como por debilidad del suelo pélvico derivada del embarazo o del parto, entre otros, puede desembocar en una incontinencia urinaria de mayor o menor gravedad que afecte en gran medida la calidad de vida.

2) Incontinencia urinaria de urgencia (IUU)
Se define como la pérdida involuntaria de orina acompañada o inmediatamente precedida de urgencia miccional (deseo repentino de orinar).

Suele acompañarse de aumento de la frecuencia miccional diurna y nocturna, aunque habría que tener en cuenta los hábitos de ingesta de líquido y la alimentación de la paciente.

Además, dentro de este grupo se puede englobar otro concepto con características clínicas similares, que es el síndrome de la vejiga hiperactiva (más información en este artículo) en la cual se objetivan contracciones involuntarias del detrusor (músculo de la vejiga, el cual al contraerse facilita la micción) mediante un estudio urodinámico o cistomanometría.

3) Incontinencia urinaria mixta (IUM)
Se define como pérdida involuntaria de orina pero engloba las características de los dos grupos anteriores: pérdida con el esfuerzo y presencia de urgencia miccional. Es más común que la IUU pura.

¿Qué puede hacer la Fisioterapia?

El tratamiento fisioterapéutico se elegirá dependiendo de las características y sintomatología de la paciente tras una correcta valoración por parte de un fisioterapeuta especialista en esta área así como, si la patología lo requiere, de un especialista médico (uroginecólogo).

En sesión se emplearán técnicas manuales (técnicas de masaje, estiramiento, movilización articular, miofasciales, etc) que ayudarán a tomar conciencia de la contracción del suelo pélvico así como mejorar la circulación, flexibilizar tejidos, disminuir adherencias en la cicatriz (por ejemplo: en caso de lesión tras el parto), etc.

También se podrán utilizar técnicas instrumentales, como complemento, para mejorar la activación/relajación muscular, la resistencia y el fortalecimiento de la musculatura. Las más comunes son: biofeedback, electroestimulación y neuromodulación.

Por último, el tratamiento incluirá ejercicios de contracción voluntaria del suelo pélvico (Kegel) para el domicilio aunque hay que destacar la importancia de un buen aprendizaje previo en la contracción del suelo pélvico para realizarlo de forma correcta.

Además, se emplearán programas de reeducación postural y automatismo perineal (integración de la contracción del suelo pélvico antes y durante las actividades que impliquen aumentos de presión intrabdominal) así como ejercicios abdominopélvicos (método Pilates, hipopresivos, etc).

En Téxum Fisioterapia contamos con fisioterapeutas especialistas en uroginecología, los cuales tras una correcta valoración, pueden ayudar a resolver o minimizar los síntomas derivados de esta disfunción del suelo pélvico.

BIBLIOGRAFIA

AUTOR

Téxum Fisioterapia

Fecha de publicación

3 febrero, 2016

Temas relacionados

- - -

ARTÍCULOS

TRATAMIENTOS

PREGUNTAS FRECUENTES

Ir arriba